El éxito de la lactancia materna depende en gran parte de si es correcta o no la posición del bebé al pecho. Si el bebé está bien colocado, el mecanismo de succión será el adecuado y el estimulo del pecho seguirá manteniendo la producción de leche materna. Sin embargo, una mala posición de vuestro hijo en el pecho, aunque pase inadvertida, puede derivar en multitud de problemas y complicaciones, como por ejemplo las grietas en el pezón, bloqueo del ducto, etc).
¿Cómo colocar el bebé al pecho?
- La cabeza del niño tiene que estar alineada con el pecho de la madre (si se encuentra más alta o más baja, obligará a que el recién nacido tenga que flexionar o girar el cuello para agarrarse adecuadamente) así como ligeramente extendida (hacia atrás); de esta forma de facilita el mecanismo de deglución. Cuando la cabeza está en posición neutra o flexionada, el bebe al igual que nosotros, no puede tragar bien (sería tan difícil como intentar beberse un vaso de agua con la cabeza flexionada hacia abajo).
- La barriga del bebé debe estar bien pegada a nuestro cuerpo, sujetando firmemente su cuerpo junto al nuestro.
- Para colocarlo al pecho, roza con el pezón alrededor de la boca, gracias a sus reflejos el bebé debe abrir la boca ampliamente. Cuando tenga la boca bien abierta, acerca la cabeza del bebé al pecho, no el pecho a la bebé. Si el agarre ha sido efectivo, el bebé debe haber cogido no solo el pezón, sino el pezón y gran parte de la areola que lo rodea.
- Una vez colocado, observa que el bebé está bien pegado a tu pecho, con los labios hacia fuera, y con la nariz y la barbilla tocando tu pecho. El pezón debe estar más cerca de su labio superior que del inferior
- No es necesario retirar el pecho de la nariz del bebé. Si vemos que puede tener dificultades para respirar en esta posición, simplemente acerca más el niño a tu cuerpo empujándole por la espalda
- Si el bebé está bien agarrado no debes sentir molestias ni dolor en los pezones. La toma puede molestar los primeros días sobretodo al inicio, pero poco a poco el malestar va cediendo. Si aun así el agarre y la succión fuera muy dolorosa, lo más seguro es que la posición del bebe no sea la correcta. Introduce el dedo meñique en su boca por la comisura labial para romper el vacío de la boca con tu pecho y vuelve a colocarlo de nuevo para asegurarte que se encuentra bien colocado, observando si el dolor cede o persiste.
- Una vez que el bebé se ha enganchado de forma correcta, suelen empezar con un ritmo de succión rápido para estimular la salida de la leche. A continuación, cuando la leche está saliendo, cambian a una succión más lenta y profunda. El bebé va controlando el flujo de leche con una acción instintiva que incluye la succión, la deglución y la respiración; de esta forma es capaz de marcar su propio ritmo y solo succiona y traga cuando quiere.
- Ten paciencia, es una de las claves del éxito para conseguir la lactancia. Si ves que sola no eres capaz de lograrlo, pide ayuda.
Pero, ¿cómo sé si el bebé no está bien colocado al pecho?
El tiempo y la práctica nos va a enseñar a reconocer cuando el bebé se encuentra colocado bien y cuando no. A continuación os vamos a enseñar algunos de los signos característicos que observamos las matronas cuando un recién nacido no se encuentra bien posicionado.
- Si el bebé al lactar, hunde las mejillas: en este caso el bebé no está mamando, está succionando. Comprueba que no haya agarrado sólo el pezón.
- Si al colocar al bebé notamos dolor (que no mejora con el paso del tiempo), retíralo del pecho y vuelve a comenzar, así valorarás si el agarre era el adecuado o si el dolor persiste pese a los agarres diferentes.
- Si el bebé mama durante mucho tiempo (>45 min por toma) o hace tomas muy frecuentes (>15 al día) y casi sin interrupción. Según los últimos estudios presentados en materia de lactancia, la duración media de una toma es de 16 minutos aproximadamente; un bebé que pasa más de 30-40 minutos por toma al pecho, lo utiliza a modo de chupete, no para alimentarse.
- Traga aire y hace ruido al tragar. Cuando se oye que traga aire, la succión no es la adecuada y puede estar ejerciendo daño sobre el tejido del pezón, pudiendo llegar a provocar grietas en el pezón.
- Presencia excesiva de gases en forma de eructo por el aire tragado y los que se forman en el colon por fermentación de la lactosa y son expulsados por el ano.
- El bebé pasa el día lloroso e intranquilo. A veces se pelea con el pecho, lo muerde, lo estira y lo suelta llorando. Estos signos pueden estar demostrando que las necesidades del bebé no están siendo satisfechas adecuadamente.
- BIBLIOGRAFIA
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- Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre Atención al Parto Normal. Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal – Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Política Social, 2010. Guías de Práctica Clínica en el SNS: OSTEBA Nº 2009/01
- UNICEF UK. Amamantar a tu bebé – Información importante para nuevas mamás [leaflet] UK Baby Friendly Initiative.