Aunque los problemas ginecológicos no entienden de edades y pueden aparecer en cualquier momento de la vida, estos suelen ser infrecuentes hasta el periodo de la adolescencia. A partir de los 10 – 11 años, con la manifestación de los primeros cambios físicos y fisiológicos del inicio de la pubertad, van a aparecer los primeros problemas ginecológicos y una gran cantidad de dudas al respecto. Retrasos en la aparición de la primera menstruación, alteraciones en los ciclos, dolor menstrual, infecciones,… son algunas de las consultas más habituales en esta etapa. A continuación en Matterna os resumimos los problemas ginecológicos más frecuentes en la adolescencia.
Trastornos menstruales de la adolescente
Constituyen una de las causas más frecuentes de consulta en esta etapa de la vida. Los trastornos de la regla son muy variados y pueden clasificarse en función de si son:
- Alteraciones en la frecuencia o el ritmo de los periodos: falta de regla (amenorrea), ciclos muy largos (>45 días de duración), ciclos menstruales muy cortos (menos de 21 días), reglas con ciclos muy irregulares
- Alteraciones en la cantidad de las menstruaciones: reglas excesivamente escasas, reglas muy abundantes, etc.
La importancia de las menstruaciones por exceso es que la cantidad de sangrado, o bien porque es muy grande o bien porque perdura más días de lo normal, puede dar lugar a una anemia o incluso a que se necesite transfundir sangre en los casos más extremos. En más de la mitad de los casos, en los primeros años de regla se va a deber a que las menstruaciones son anovulatorias (reglas sin ovulación), que se caracterizan por ser indoloras e irregulares (por ejemplo, se da un sangrado abundante durante 3 semanas y después no hay otra menstruación hasta los 2 – 4 meses), aunque es importante descartar otras causas.
Dolor intenso de regla
Se le denomina dismenorrea y es uno de los problemas ginecológicos más frecuentes en la adolescencia, dándose 3 de cada 4 adolescentes de entre 17 -18 años. El dolor menstrual se caracteriza por dolor (de intensidad variable) en el bajo vientre, con espasmos y que se irradia hacia la espalda, que se inicia antes y/o durante la menstruación. Suele durar de 2 a 3 días y en más de la mitad de los casos se acompaña de náuseas, cansancio, diarreas y mareos. En estos casos se debe valorar siempre la causa y descartar problemas asociados.
Infecciones vulvo-vaginales en la adolescencia
La vulvovaginitis, en un sentido amplio, es cualquier inflamación de la vulva y/o la vagina. Representa uno de los motivos de consulta más frecuentes y, durante la pubertad, generalmente van a estar ligadas al inicio de la actividad sexual aunque también pueden deberse, con menor frecuencia, a causas inespecíficas como el uso inadecuado de tampones, la higiene, usar ropa muy apretadas y/o a la masturbación.
Dependiendo del microorganismo que la produce, la vulvovaginitis puede presentar una sintomatología u otra aunque en general cursan con picor/quemazón, enrojecimiento de los genitales, cambios en la cantidad, el color u olor del flujo vaginal y/o molestias al orinar. La mayoría se van a deber a hongos (candidiasis), a una vaginosis bacteriana o a una infección por tricomonas. Ante la sospecha, se debe valorar siempre la causa y determinar el agente que produce dicha infección para poner el tratamiento que corresponda.
Patología mamaria en la adolescente
La patología mamaria, aunque es poco frecuente en este periodo de la vida, pueden causar malestar y ansiedad importante. Entre las principales problemas referidos al pecho durante la pubertad podemos observar:
- Anomalías en el desarrollo del pecho: ya sean alteraciones en el número de mamas o de pezones (por exceso o por defecto), alteraciones en el tamaño de una o ambas mamas (por exceso o por defecto) y las asimetrías entre ambos pechos.
- Trastornos funcionales como por ejemplo, el dolor en el pecho o la expulsión de líquido por el pezón.
- Procesos inflamatorios que cursan con enrojecimiento, calor e inflamación del tejido del pecho (mastitis) o del pezón.
- La presencia de tumores mamarios, que en la mayoría de los casos son benignos y corresponden a nódulos, fibroadenomas o la presencia de quistes. En muy raras ocasiones los tumores en la adolescencia van a ser malignos.
Retraso en el desarrollo puberal
Se considera retraso en el inicio de la maduración sexual o cuando cumplidos los 14 años de edad, no se han todavía iniciado el desarrollo de los cambios que caracterizan la pubertad. Este retraso en la maduración sexual puede ser de forma parcial o completo, cuando se produce un retraso en el crecimiento o en la aparición de los cambios sexuales propios de esta etapa. Las causas detrás de éste retraso pueden ser múltiples aunque en la mayoría de los casos van ser de causa constitucional o debidos a condiciones que impiden un funcionamiento normal del ovario (delgadez extrema, anorexia, ejercicio excesivo, problemas médicos, etc.) por lo que habría que estudiar cada caso de forma concreta.
Las consultas ginecológicas durante la adolescencia
Aunque la población adolescente en general es sana, durante este periodo son muchas las necesidades y problemas que se pueden plantear. Estas pueden ir desde la aparición de algunos de los problemas mencionados anteriormente a la mera búsqueda de información sobre temas como la anticoncepción, el inicio de la actividad sexual o las enfermedades de transmisión sexual.
Hoy en día se recomienda que las adolescentes realicen una primera visita al ginecólogo entre los 13 y los 15 años de edad, o en cuanto se inicien las primera relaciones sexuales. Debemos tener en cuenta que, a día de hoy, entre el 25-30% de las chicas de 15 años de edad ya refieren haber mantenido relaciones sexuales.
El objetivo de esta visita con el especialista no solo es descartar posibles problemas sino también para brindar consejos saludables y conductas preventivas. Durante ésta consulta, se va a realizar:
- Historia o anamnesis completa en la que se valora la edad de la primera regla (si se ha producido), el tipo y la duración de los ciclos, el tiempo de evolución de las alteraciones, etc. así como otros aspectos como, por ejemplo, los antecedentes personales o familiares importantes (como las enfermedades sistémicas o que afectan a la coagulación entre otras).
- Exploración física. Se valora el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, el estado nutricional y la palidez. Si la joven ha mantenido relaciones, se realizará una exploración ginecológica sino tan solo se inspeccionará la vulva y vagina, para descartar cualquier anormalidad en la configuración externa de los genitales y del himen.
- Ecografía: se suele realizar para valorar el útero, los anejos así como otras estructuras.
- Toma de muestras: En ocasiones será interesante solicitar una analítica para valorar el estado de la joven así como sus niveles hormonal y, cuando se hayan iniciado las relaciones sexuales, es recomendable también una toma de muestra cervical para citología a los dos o tres años del inicio de las mismas.
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