El parto por cesárea es una de las intervenciones más asimiladas socialmente en el mundo occidental. Cualquier cirugía suele producir temor, consideración, cierto recelo; sin embargo, la cesárea se ha normalizado en nuestro entorno hasta el punto de que muchas veces, se olvida que en realidad es una cirugía mayor que NO está exenta de complicaciones y que por tanto, NO debería tomarse como una elección natural a la vía del parto.
En la actualidad, la cesárea es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes de los centros hospitalarios donde se atienden partos. La tasa de cesáreas ha ido creciendo de forma continua e imparable en los últimos años gracias al desarrollo de las tecnologías. En los 80, el número de nacimientos que acababa por esta vía no alcanzaba al 10% mientras que hoy por hoy, según los últimos datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, en España uno de cada cuatro embarazos en los hospitales públicos finaliza en un parto por cesárea (urgente o electiva). En los hospitales y clínicas privadas, este porcentaje asciende hasta el 45% de media de todos los partos.
Cesárea si, cesárea no
La elección de someterse a una cesárea no debe recaer en la mera planificación del día del parto o el simple hecho de querer evitar el nacimiento del bebé por su vía natural, la vía vaginal. Pese a que en algunos países se realiza cada vez más a petición de la madre, esta decisión debería ser tomada en base a motivos clínicos, no personales, ya que de este modo la técnica pierde su efecto benéfico de salvar vidas de madres y recién nacidos.
La seguridad y la calidad de las cesáreas ha evolucionado a lo largo de los años, siendo una intervención muy segura pero que debe indicarse cuando las circunstancias del embarazo y/o del parto no van a permitir el nacimiento por vía vaginal o se presume la existencia de mayores riesgos para la madre o para el feto; en definitiva, cuando no existen otras alternativas que ofrezcan mayores garantías ni para ti, ni para tu futuro hijo.
¿Qué riesgos conlleva un parto por cesárea?
La cesárea, a pesar de su alta seguridad, no está exenta de complicaciones. Los riesgos asociados a esta cirugía pueden dividirse en función de si pueden afectar a la madre o al futuro bebé.
1. Complicaciones para el recién nacido
- Los riesgos más frecuentes y graves que pueden presentar son una mayor dificultad respiratoria y de adaptación neurológica, sobre todo en prematuros
- Lesiones derivadas de una dificultad en su extracción de la barriga, que son más frecuentes en prematuros y cuando se encuentran de nalgas.
2. Complicaciones para la madre
- Pérdida de sangre. Es una de las más frecuentes. En la mayoría de los casos se soluciona con medicamentos que ayudan a que el útero se contraiga y deje de sangrar. En algunas situaciones estas pérdidas necesitarán ser corregidas mediante el uso de transfusiones. En los casos más extremos, cuando las pérdidas de sangre son muy severas e incontrolables, se puede indicar la extirpación del útero con el objetivo de parar el sangrado.
- Infecciones en el útero (endometritis) que afectan aproximadamente al 5%
- Complicaciones que afectan a la herida quirúrgica, como infecciones (2.5 -16%), la aparición de hematomas o de seromas, que pueden retrasar el cierre de la herida y la cicatrización de la misma.
- Infecciones de orina (afectan hasta el 16% de los casos), y el íleo paralítico (inmovilización intestinal)
- Daños en órganos y estructuras cercanas
Existen una serie de riesgos mucho menos frecuentes que pueden implicar una mayor gravedad y precisar de tratamientos posteriores más complejos, como por ejemplo:
- las lesiones en el aparato urinario, fundamentalmente la vejiga (que puede llegar al 1% cuando existe un parto por cesárea anterior),
- lesiones de algunos vasos sanguíneos,
- la aparición de coágulos que pueden alterar la circulación normal produciendo tromboflebitis y/o trombo embolismos.
- la apertura de los tejidos cerrados durante la operación
- la aparición de hernias en la zona tras la cirugía
- cuadros de adherencias, es decir cuando las vísceras o las trompas se pegan produciendo obstrucciones intestinales y/o tubáricas. Cuando estas adherencias se producen en las trompas pueden llegar a producir problemas de fertilidad en futuros embarazos.
- otros riesgos y consecuencias en función de la situación clínica de la mujer y de sus circunstancias personales. Pueden existir determinadas circunstancias que aumenten la frecuencia y gravedad de los riesgos y de las complicaciones mencionadas, como por ejemplo si padeces alguna enfermedad importante previa al embarazo. Para ser valoradas adecuadamente, no olvides informar a tu médico/matrona si posees alguna alergia medicamentosa, problemas de coagulación, enfermedades importantes, si estas tomando alguna medicación actualmente o ante cualquier otra circunstancia.
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