La vagina es un conducto corporal poblado de forma natural por una cantidad enorme de microorganismos. Esta flora ayuda a mantener el equilibro y la salud en la zona, creando unas condiciones hostiles para la presencia de patógenos. Aunque durante el embarazo, las condiciones defensivas de la vagina se mantienen por la acción de determinadas hormonas, algunas situaciones como el estrés, ciertas prácticas sexuales, el uso de antibióticos o los lavados con productos inadecuados pueden alterar sus condiciones favoreciendo el que se puedan producir lo que se conoce como vaginosis bacterianas.
¿Qué es la vaginosis bacteriana?
La vaginosis bacteriana es un desequilibrio en la flora normal de la vagina que va a favorecer el que proliferen otros agentes y bacterias en ella (como la Gardnerella, los Mycoplasmas, etc). Aunque en ocasiones este cuadro no produce síntomas (50% de los casos), la vaginosis se caracterizan por producir un aumento en la cantidad de flujo vaginal, su color blanco/grisáceo y su fuerte olor a pescado así como otros síntomas como el picor/ardor en la zona genital.
Aunque las causas que la producen no están claras si se conocen los factores que alteran el ecosistema normal de la vagina y que favorecen por ende el crecimiento oportunista de otras bacterias. Existen algunos sectores de la población en los que se han observado las vaginosis con mayor frecuencia como por ejemplo, las mujeres de raza negra, las mujeres con pocos recursos socio-económicos, las mujeres con pareja homosexual y aquellas que se dedican a la prostitución.
Otros hábitos y conductas asociados a un mayor riesgo de vaginosis pueden ser:
- Fumar
- Dieta con elevada ingesta de grasas.
- Estrés crónico
- Uso de duchas vaginales y/o geles inadecuados para la higiene íntima.
- Practicas sexuales como la promiscuidad o el sexo oral en la mujer.
Vaginosis bacteriana en el embarazo
Se calcula que la vaginosis bacteriana es una de las causas más comunes de malestar genital en las mujeres en edad reproductiva y afecta entre un 5- 15% de las mujeres embarazadas en los países desarrollados. Según datos del Centro de Control de Enfermedades de estadounidense (conocido como CDC), las embarazadas con pocos recursos socio-económicos y/o que han tenido en un parto anterior un bebé de bajo peso al nacer tienen mayor riesgo de desarrollar esta trastorno en el embarazo.
¿Cómo se detecta la vaginosis bacteriana en el embarazo?
El diagnostico de la vaginosis se basa principalmente en los síntomas que produce (cambios en el flujo vaginal, mayor cantidad y con olor desagradable, picor, etc.) aunque como comentábamos al principio más de la mitad de las mujeres pueden presentar una vaginosis de forma asintomática. Ante la sospecha o la presencia de estos síntomas, se realiza una exploración de la zona y algunas pruebas complementarias (examen fresco del flujo, pH, cultivo vaginal) que nos ayudarían a comprobar el cuadro ya determinar el germen/es causal/es.
¿Qué complicaciones puede producir vaginosis bacteriana durante el embarazo?
La presencia de una vaginosis bacteriana durante el embarazo supone un factor de riesgo ya que su presencia se ha asociado a diversas complicaciones importantes como por ejemplo la rotura/fisura de la bolsa pretérmino, el aborto tardío, la infección de líquido amniótico o la endometritis tras el parto.
Sin embargo, la principal complicación de la vaginosis bacteriana en el embarazo es sin duda el parto prematuro. El nacimiento prematuro del bebé (antes de las 37 semanas de embarazo) supone un factor de riesgo importante para problemas relacionados con su inmadurez, ya que podría presentar dificultad respiratoria al nacer, un riesgo mayor a las infecciones así como trastornos en el crecimiento y el desarrollo.
Unas 80.000 embarazadas tienen un parto prematuro cada año en los Estados Unidos por este motivo; según estudios recientes, las probabilidades de que una mujer tenga un parto prematuro es casi el doble en aquellas con una vaginosis bacteriana.
Por otro lado, se ha podido observar cómo la vaginosis también favorece el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o el herpes genital y favorece la transmisión y el contagio de VIH.
Tratamiento de la vaginosis bacteriana en el embarazo
Aunque en ocasiones la vaginosis mejoran sin tratamiento alguno, durante el embarazo, las mujeres que presentan síntomas de vaginosis bacteriana deben ser tratadas de forma apropiada puesto que sino, pueden producirse algunas de las complicaciones comentadas.
Según la literatura científica, la detección y el tratamiento de la vaginosis en todas las embarazadas no ha demostrado ser una medida del todo útil, pero si se considera apropiado cuando una embarazada, aunque no presente síntomas de vaginosis, tenga antecedentes de riesgo de parto prematuro y/o de un hijo anterior nacido con bajo peso.
Las vaginosis bacterianas se tratan, tanto dentro como fuera del embarazo, con antibioterapia tanto en crema como por vía oral. Aunque es una medida efectiva, el problema es que presentan un alto índice de reincidencia por lo que es común que reaparezcan al cabo de un tiempo. Aunque aun se necesitan más estudios al respecto, cada vez está cobrando más interés el tratamiento de las vaginosis sólo mediante el uso de determinados probióticos.
La prevención sobretodo
Existen determinadas circunstancias que favorecen el desequilibrio de la flora vaginal y por tanto, el que puedan producirse vaginosis. Algunas de estas circunstancias no podemos controlarlas (como los cambios hormonales o el pertenecer a una determinada raza) pero otras muchas sí, como por ejemplo el estrés, el tabaquismo, determinadas conductas sexuales o el uso de duchas o geles vaginales inadecuados en la higiene intima. Todas las situaciones que pueden alterar nuestro ecosistema vaginal debe ser evitadas y si no es posible, ante los primeros síntomas, no dudes en consultarlo con tu especialista.
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