El yodo es un micronutriente esencial para la salud de los seres humanos. Este mineral es indispensable para algunas funciones como sintetizar las hormonas tiroideas o desarrollar órganos tan importantes como el cerebro. El periodo prenatal y la primera infancia son etapas esenciales para el desarrollo del cerebro, por lo que asegurar una correcta ingesta de yodo es especialmente importante. Pese a que este mincronutriente está ya presente en algunos de los alimentos que consumimos, se ha demostrado científicamente que los suplementos de yodo en el embarazo y la lactancia pueden ayudar a prevenir muchas complicaciones en el desarrollo del futuro bebé.
¿Por qué es importante el consumo de yodo durante el embarazo?
Ya se ha comentado que el yodo resulta fundamental para el desarrollo cerebral humano, especialmente durante el desarrollo fetal y en los primeros años de vida.
El déficit de yodo es muy perjudicial ya que puede producir una pérdida del coeficiente intelectual y causar lesiones cerebrales. Según la OMS, el déficit de yodo es una de las causas más comunes de retraso mental y parálisis cerebral evitables a nivel mundial.
Así mismo, otro de los problemas que produce la deficiencia de yodo en el organismo es la aparición de bocio, presente en el 10% de la población, que se produce como consecuencia de la adaptación y crecimiento del tiroides para poder aprovechar pequeñas cantidades de yodo. El bocio supone un signo visible del déficit de este nutriente.
Respondiendo a la pregunta, el consumo de yodo sirve para prevenir lo que se conoce como los trastornos de déficit de yodo, que se consideran un problema de salud pública a nivel mundial.
¿Dónde podemos encontrar el yodo necesario para el organismo?
En la actualidad, casi todo el yodo de manera natural, lo podemos encontrar en el mar, debido a que se fue arrastrando desde la superficie terrestre durante las glaciaciones y su posterior deshielo. De esta manera, encontramos que el agua del mar, pescados y mariscos son ricos en yodo. En el otro lado de la balanza se encuentran las zonas de interior, especialmente montañosas y que se encuentran alejadas del mar, que son pobres en yodo.
El contenido de yodo en los diferentes alimentos suele ser muy bajo, exceptuando, como hemos dicho antes, los alimentos de origen marino. Sin embargo, el contenido en yodo de los alimentos puede ser aumentado durante la producción y procesamiento. De hecho, muchos países desarrollados, utiliza muchos alientos enriquecidos con yodo, como la leche, carne o pan. En el casos de España, lo que se emplea es la sal yodada.
¿Cuál es la cantidad recomendada de yodo durante embarazo?
Las cantidades necesarias de yodo van a variar dependiendo de la edad. Siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, los niños menores de 6 años deben ingerir unos 90μg (microgramos), los niños entre 6 y 12 años, 120μg, y los hombres y mujeres a partir de los 13 años hasta la edad adulta deben ingerir alrededor de los 150μg de yodo diario.
Un caso especial ocurre durante el embarazo y lactancia, donde las necesidades de yodo se incrementan hasta los 200μg al día.
La cantidad de yodo que necesita una persona a lo largo de su vida son sólo 5 gramos, pero el problema reside en que el yodo no se almacena en el organismo, por lo que el consumo de este nutriente debe ser diario.
¿Cómo asegurarnos que tomamos suficiente yodo durante el embarazo?
Para paliar la deficiencia nutricional de yodo, se utilizan varias estrategias:
- Lo primero es conseguir y asegurar una alimentación equilibrada, con un frecuente consumo de pescado.
- Uso regular y estable de sal fortificada con yodo (sal yodada).
- Uso de suplementos de yodo, que pueden ser sólo yodo, asociado a algún compuesto como el ácido fólico, o en forma de suplemento vitamínico junto con una gran cantidad de vitaminas, minerales y oligoelementos. La cantidad de yodo recomendada por diferentes sociedades científicas internacionales es de 200μg al día.
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