Doulas sí, doulas no…
Pablo Cabello 17 febrero, 2015 Sin comentarios
Últimamente estamos siendo testigos de una polémica creciente en los medios de comunicación: la figura de las doulas. En el día de ayer, el Consejo General de Enfermería, máximo representante de la profesión en España, publicó un informe sobre la situación de las doulas (Informe Doulas) marcando una clara línea roja para este colectivo: las actuaciones y actividades que realizan, además de poder estar incurriendo en un delito de intrusismo profesional, representan un verdadero riesgo para la salud de las madres y de los bebés. En Matterna analizamos la situación.
¿Qué son las doulas?
Aunque es un término poco conocido en nuestro entorno, la doula sirve para designar de un modo u otro a mujeres que brindan apoyo, ayuda y asesoramiento a otras mujeres durante el embarazo, el parto y el postparto. El término doula, de origen griego y que significa “sirvienta / esclava”, fue adaptado por los doctores Klaus y Kennel en los años 70 para designar a mujeres que apoyaban a otras mujeres parturientas durante el nacimiento de sus hijos.
Desde entonces, este término se ha ido asociando a todas aquellas mujeres sin titulación clínica, que ofrecen servicios de ayuda, asesoramiento, apoyo físico o emocional, etc. a lo largo del proceso de la maternidad tanto si van a dar a luz en el hospital, como en casas de parto o en sus propios domicilios.
En España, las doulas no cuentan con una formación reglada, por tanto, los cursos que se imparten, dependen en su contenido y forma, de la persona o grupo que los imparta.
El acompañamiento en los partos
El la antigüedad la mujer que iba a dar a luz normalmente era atendida y acompañada por varias mujeres, excluyéndose al padre totalmente del proceso. Hasta hace tan sólo unas décadas, no se empieza a hacer partícipe al futuro papá ni en el embarazo, ni en el parto, ni se solía involucrar en los primeros cuidados del recién nacido.
Hoy por hoy la situación ha cambiado drásticamente, hasta el punto que nos suena incluso “raro” cuando una mujer acude al hospital sin ser acompañada por su pareja. En ocasiones los padres acuden pero prefieren no estar presentes en el momento del nacimiento y, en esos casos, la mujer es quien tiene que decidir quién quiere que la acompañe en ese momento tan especial.
La compañía durante el parto es esencial, y por ese motivo es muy importante que se elija bien quien debe ser esa persona. Se ha demostrado científicamente que aquellas mujeres que reciben un apoyo adecuado, precisan menor analgesia para el dolor y presentan mejores resultados obstétricos.
El acompañante más adecuado en ocasiones será el padre, pero en ocasiones puede que sea la madre de la embarazada, una amiga o quien ella designe; al fin de al cabo, esa persona debe estar ahí para apoyar y ayudar a la mujer, no para hacer acto de presencia.
Doula sí, Doula no
Teniendo en cuenta que las doulas son un personal que brindan servicios de apoyo a la mujer, y que el acompañamiento de una persona en ese momento tan decisivo no solo es necesario sino que es incluso beneficioso ¿cuál es el problema?
En estos momentos no existe ninguna formación que regule o capacite para llegar a ser doula, ni existe ninguna titulación o reconocimiento legal, por tanto podemos encontrarnos con casos de doulas muy heterogéneos.
Una cosa es una mujer que acompaña con sabiduría y sabe apoyar y ayudar a la embarazada para preservar su bienestar y otra muy diferente es el realizar actividades que pueden ser intrusivas en las competencias del personal capacitado para ello. Y es que según el informe del Consejo General de Enfermería, tras el análisis de situación de las doulas en España, se han detectado algunas actividades que pueden considerarse en la actualidad como prácticas intrusivas.
Los servicios que se ofrecen
Según el Informe Doula, tras analizar los servicios que ofrecen en nuestro entorno, se ha detectado que algunas de ellas proporcionan servicios que van más allá de un simple apoyo físico y emocional como por ejemplo, el asesorar sobre la elaboración de un plan de parto, el ayudar a decidir donde parir, el velar porque se cumplan los tiempos establecidos durante el proceso del parto o el observar que todo esté dentro de la normalidad.
Aunque estos servicios pueden parecer inocuos, verdaderamente no lo son. Asesorar sobre una decisión sin la debida formación (como puede ser el orientar a una mujer a que haga su plan de parto), puede implicar un riesgo para la salud de la madre y de su futuro bebé. Toda la información que se ofrezca a una mujer debe estar avalada por los conocimientos y la formación adecuada.
En este sentido, las doulas de momento no cuentan con una formación reglada sobre el embarazo, el parto, el puerperio, ni la alimentación como para asesorar ni proporcionar recursos convenientes a la mujer en tales procesos.
Desarrollar estas tareas requiere una formación cualificada en base a la normativa legal. Aquí no debemos olvidar que una matrona para poder ejercer necesita superar el Grado Universitario de Enfermería (4 años de carrera) + 2 años de especialidad (los que llegan a ella tras un duro proceso de oposición).
La madre tiene derecho a tomar sus propias decisiones pero desde la correcta información de su proceso; esa información debería siempre provenir de personal sanitario titulado sobretodo si el personal es especializado como los Ginecólogos/as o las Matronas/es.
Las evidencias confirman que un embarazo y/o un parto presumiblemente normal nunca está exento de presentar alguna complicación inesperada. Por tanto, solo el personal cualificado debería asesorar a las mujeres sobre cuál es la decisión más idónea en cada momento.
En definitiva…
Los profesionales que nos dedicamos a la atención y asistencia de las mujeres durante el proceso del embarazo, el parto, el postparto, la lactancia y los cuidados del recién nacido consideramos que cualquier ayuda/apoyo externo que reciba la mujer siempre va a ser bienvenido. Multitud de estudios recalcan que el apoyo contínuo de la mujer favorece de forma drástica la satisfacción y el proceso de la maternidad. Por tanto, desde Matterna consideramos que…
- Doulas sí, siempre y cuando este colectivo se considere como una ayuda extra y un apoyo emocional contínuo para la mujer y la familia, que pueda complementar carencias como por ejemplo en la vuelta a casa tras la llegada del bebé
- Doulas no, mientras éste colectivo esté no se encuentre profesionalizado, no cuente con una regulación en materia formativa, legal y fiscal y sus actividades invadan a otros colectivos.
- BIBLIOGRAFIA
- Consejo General de Enfermería. Informe sobre Competencias de Matronas y tareas que realizan las Doulas, 2015. Consejo General de Enfermería. Disponible aquí.
- Consejo General de Enfermería. Dossier de prensa. La verdad sobre las doulas, 2105. 2015 Consejo General de Enfermería. Disponible aquí.
- Directiva 2013/55/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de noviembre de 2013, por la que se modifica la Directiva 2005/36/CE relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales. Disponible aquí.
- Romero Salord, F. Las Doulas. Identidad, cuestiones abiertas y propuestas para su desarrollo, 2009. Alicante – Educer. Disponible aquí.